La mayor presión policial contra los carteristas ha generado un efecto disuasorio pero también ha conllevado más detenciones in fraganti
Tres años después de su puesta en marcha, en verano del 2011, el dispositivo Xarxa de vigilancia conjunta de la Guardia Urbana y los Mossos d'Esquadra en el metro de Barcelona y en las líneas urbanas de Ferrocarrils de la Generalitat puede considerarse un éxito. Según el balance presentado este jueves por el alcalde de Barcelona, Xavier Trias, y por el conseller de Interior de la Generalitat, Ramon Espadaler, en este período el número de hechos delictivos en el suburbano de Barcelona ha pasado de los más de 26.300 que se registraron un año antes de la aplicación de esta fórmula de patrullaje a poco más de 17.000 en el período de julio de 2013 a junio de 2014, lo que supone un descenso de un 32%.
La mayor presión policial contra los carteristas que actúan en el metro ha tenido un efecto disuasorio pero también en resultados por parte de los dos cuerpos policiales que intervienen en la seguridad del metro, tanto con agentes uniformados como de paisano. En estos tres años se han producido 3.628 detenciones y destaca el hecho de que el 51% de los ladrones fueron pillados in fraganti en el momento de cometer el hurto. Por otra parte, el Grupo de Multirreincidentes de los Mossos d'Esquadra ha investigado en ese período a 98 personas que actuaban en los convoyes de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) y que acumulaban un historial delictivo de récord. Entre todos sumaban 4.417 detenciones policiales y 3.181 denuncias por faltas penales. La actuación contra estos ladrones ha propiciado que, según la policía, muchos multirreincidentes que operaban a diario en el metro de Barcelona antes de 2011 hayan abandonado la ciudad.
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