Una puerta averiada y otra con un cristal roto en los juzgados. Una valla impide el acceso por una puerta e indica que se entre por la que tiene el cristal roto.
Los ciudadanos solo pueden entrar por un acceso y la alarma del arco de seguridad salta continuamente
Los ciudadanos que acceden desde el miércoles al vetusto edificio judicial de la avenida de Isidor Macabich de Vila se encuentran con que una de las puertas de acceso está cerrada porque tiene roto un muelle hidráulico y no se puede abrir y la otra cuenta con un cristal resquebrajado que está a punto de caerse. Los operarios han colocado dos vallas, una por fuera y otra por dentro, y solo se permite la entrada por una puerta, la que tiene el cristal fracturado desde hace casi un año, cuando un hombre la rompió de un puñetazo.
Por si fuera poco, la alarma del arco de seguridad salta incluso cuando no se pasa por debajo, lo que genera más trabajo a los vigilantes que se encargan de controlar el acceso al edificio. La situación en el resto del inmueble tampoco es alentadora, con ascensores que se averían cada dos por tres, salas muy anticuadas, expedientes por todas partes y cuartos de baño en condiciones lamentables.
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