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16 de febrero de 2016

MEGA2: El Corte Inglés en guerra civil. Dimas Gimeno no consigue cesar al policía Cernuda

El responsable de Seguridad de los grandes almacenes mantiene íntegros los privilegios de su empresa, Mega2. Florencio Lasaga le protege y Fernández Cernuda presume de su influencia en la policía y la judicatura.

El día de fin de año, Cernuda, junto al jefe jurídico de El Corte Inglés, Juan Moral, desayunó en la sede central con Baltasar Garzón. Eso sí, su división es un desastre: los grandes almacenes facturan 200 millones de euros en seguridad y el control de robos es deficiente. El presidente de El Corte Inglés (ECI), Dimas Gimeno (en la imagen), ha vuelto a pedir el cese de Juan Carlos Fernández Cernuda, todopoderoso jefe de Seguridad de la firma. Sin conseguirlo, porque quien gestiona ECI es Gimeno, pero quien manda es el presidente de la Fundación Ramón Areces, Florencio Lasaga. Y Lasaga está empeñado en mantener a sus dos poderes: el abogado, Juan Moral y el responsable de Seguridad, el expolicía Cernuda.

Así que éste último se ha crecido. Hace valer sus favores a la empresa pues presume de su influencia en la policía y en la judicatura, así como de sus grandes conocimientos informáticos y telemáticos (tiene un demanda de Oscar Areces por pinchar su móvil). Conocimientos y experiencia que, al parecer, no fueron óbice para que una filial de Anonymous ‘hackeara’ los ordenadores de ECI aunque lo hiciera por una vía paralela. El presidente, Dimas Gimeno, se ha visto autorizado de nuevo para reclamar su cese, además de alegar otras razones ya conocidas en la casa. Por ejemplo, el Departamento de Seguridad es un desastre, de cara a los robos en los centros. También su desastre financiero: la división de seguridad le cuesta a ECI unos 200 millones de euros al año y, sin embargo, no hay concurso de vigilancia ni de sistemas.

Curiosamente, la empresa de Seguridad más favorecida por ECI es Mega2, propiedad de Fernández Cernuda, quien siempre ha trabajado, y forjado un bonito patrimonio, de la mano de su ex compañero en la policía, el excomisario Domingo Martorell. Cernuda sigue llevando, personalmente, las relaciones con jueces, fiscales y abogados. Y mima los ex, que nunca se sabe: por ejemplo, al exjuez Baltasar Garzón, condenado por prevaricación, asiduo de las oficinas centrales de El Corte Inglés. Pero no, Dimas no logra echar a Cernuda. Es un presidente con escaso mando en plaza. Y eso no es bueno: deberían dejarle trabajar.


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