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2 de noviembre de 2015

La mitad de empresas reconoce que despedir ahora es más fácil que antes de la reforma laboral


Un tercio de las empresas entiende que es más sencillo ahora que hace unos años ajustar los salarios de los nuevos trabajadores.
Ocho de cada diez no contratan más indefinidos por la incertidumbre económica y los costes laborales y del despido.

Ahora es más fácil despedir por causas económicas de lo que lo era en 2010, antes de las últimas reformas laborales de los Gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy. Así lo considera casi la mitad de las empresas, frente al 10,8% que opina que es más difícil, según un estudio realizado por el Banco de España entre 26 países europeos recogido en su boletín económico de octubre. Además, un tercio de las empresas entiende que es más sencillo ahora que hace unos años ajustar los salarios de los nuevos trabajadores y una de cada cuatro piensa que es más fácil ajustar los sueldos de los trabajadores en ejercicio. En España, la encuesta –en la que participaron casi 2.000 empresas– se realizó entre septiembre y diciembre de 2014.

Casi el 50% de las empresas entiende que ahora es más fácil realizar despidos individuales que en 2010 y más del 40% considera que ahora es más sencillo acometer despidos colectivos que en 2010, frente a menos del 10% que lo ve más complicado. Asimismo, la encuesta refleja que casi el 30% de las empresas considera que ahora es más fácil ajustar las horas por empleado o modificar las tareas de los trabajadores de lo que lo era en 2010. El Banco de España explica que detrás de estos cambios en las percepciones de las empresas sobre sus posibilidades de ajuste se encuentran diferentes razones, desde las reformas laborales introducidas en los últimos años hasta el impacto de la crisis en la actitud de las empresas y los trabajadores a la hora de fijar las condiciones laborales. En cualquier caso, la mayoría de las empresas perciben que las reformas laborales han jugado un papel relevante en la mayor facilidad que encuentran para utilizar distintos mecanismos de ajuste, aunque al mismo tiempo entienden que la actitud de los trabajadores también es un factor muy importante para explicar la mayor flexibilidad en ajustes salariales, horario y movilidad funcional y laboral.

La encuesta revela además que más de la mitad de las grandes empresas, de más de 200 empleados, observan ahora una mayor facilidad para aplicar descuelgues que en 2010, especialmente aquellas que tienen convenio de empresa, frente a sólo el 20,5% de las empresas pequeñas. Por su parte, el 48% de las empresas cree que el procedimiento legal es aún demasiado complicado, y tres de cada cuatro se resiste a aplicar descuelgues por el impacto negativo que podría tener sobre la motivación de los trabajadores o sobre su reputación. En el estudio se señala además que cerca del 80% de las empresas apuntan a la incertidumbre sobre las condiciones económicas como un obstáculo para contratar trabajadores indefinidos, si bien más del 60% mencionan también como problemas para realizar contratos fijos los altos costes de la mano de obra y de las indemnizaciones por despido.

Recortar empleo, la principal respuesta a los problemas En la encuesta se analizan las medidas de ajuste a las que recurrieron las empresas para afrontar el deterioro de la economía entre 2011 y 2013, cuando tuvo lugar la segunda fase de la crisis. El principal instrumento de ajuste fue la destrucción de empleo, tanto fijo como, especialmente, temporal. Pero no fue el único medio. De hecho, el componente variable de los salarios proporcionó a las empresas una importante herramienta de ajuste a lo largo de estos años, ya que casi el 40% de las empresas entrevistadas lo recortaron. En cambio, la disminución del salario base fue bastante infrecuente (apenas afectó al 6,3% de las empresas), mientras que en la mayoría de los casos el salario base se mantuvo sin cambios (41,4%) o se incrementó moderadamente (41,4%). Asimismo, sólo el 14,7% de las empresas redujeron las horas de sus trabajadores como medio para ahorrar costes. La encuesta refleja además que casi una de cada cinco empresas congeló salarios entre 2011 y 2013 y sólo el 3,3% afirma haberlos rebajado. Lo que sí se ha reducido notablemente es el porcentaje de empresas que vinculan la evolución salarial a la inflación: del 50% anterior a 2010 se pasó al 37,2% en 2013.

Las empresas españolas respondieron a las perturbaciones económicas del periodo 2011-2013 (caída de la demanda, dificultad para acceder al crédito o problemas para refinanciar su deuda) congelando los salarios y reduciendo el empleo temporal en mayor medida que la media de los 26 países participantes en este estudio, pero aplicando en menor medida recortes salariales y del empleo indefinido.


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