Fueron interceptados de madrugada por los vigilantes en San Ignacio y quedaron en libertad sin cargos porque no llegaron a realizar pintada alguna
El servicio de seguridad de Metro Bilbao abortó en la madrugada del pasado miércoles un ataque que habían planificado al detalle dos grafiteros catalanes. Los sujetos aguardaron durante cuatro horas ocultos en los túneles de San Ignacio antes de lanzarse a emprender su acción. Sin embargo, fueron detectados y retenidos hasta la llegada de la Ertzaintza. Los agentes desplazados les identificaron, aunque los jóvenes quedaron finalmente en libertad, sin ningún tipo de imputación, ya que no llegaron a causar daño ni pintada alguna que pudiera deslucir el mobiliario o los bienes públicos, según informó el Departamento de Seguridad del Gobierno vasco.
Al parecer, los individuos tenían perfectamente estudiado su plan. No eran vizcaínos, sino que procedían de Barcelona. En las mochilas que portaban se descubrieron varios aerosoles de pintura y un mapa de la red del suburbano. También se encontró en su poder una cámara fotográfica. En su tarjeta de memoría había varias instantáneas de bienes y espacios públicos de Metro Bilbao.
Según las pesquisas realizadas, los intrusos entraron en las instalaciones subterráneas en la estación de Abando, en la tarde del martes, tras adquirir un billete. Viajaron por la red de metro durante varias horas. En concreto, se piensa que estuvieron tanto en la Línea 1 como en la 2. Finalmente, sobre las nueve de la noche, penetraron en los túneles de San Ignacio a través de las vías. Se cree que accedieron a las galerías desde el andén central de la terminal, aunque es un extremo que no está confirmado. Lo que sí parece claro es que lo hicieron cuando el suburbano se encontraba aún operativo, con varias decenas de trenes en circulación. Los grafiteros se ocultaron durante cuatro horas en un habitáculo de reducido tamaño. El escondite bien pudo tratarse de un hueco de ventilación o de una de las muchas estaciones de bombeo de agua que hay a lo largo de los túneles.
Detectados por las cámaras Sobre la una de la madrugada, cuando el servicio ya había acabado y los trenes descansaban -aunque a esa hora suele haber movimiento de máquinas de mantenimiento y limpieza-, los individuos salieron de su escondrijo y fueron detectados con las cámaras. Se activó entonces la alarma y los agentes de seguridad privada procedieron a interceptarles. Los guardias también avisaron a la Ertzaintza. Una patrulla se desplazó al lugar e identificó a los grafiteros. La intrusión de estos jóvenes catalanes en el suburbano vizcaíno se produjo mientras el país se encuentra en un nivel de alerta 4 sobre 5, tras los ataques terroristas de París.
No es la primera vez que se intercepta a personas foráneas con aerosoles de pintura en el metro. En junio del año pasado, la Policía autonómica detuvo, también en San Ignacio, a dos jóvenes que procedían de fuera de Euskadi por pintar varios vagones.
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