Los hoteleros de Magaluf, hartos de desmanes, tienen entre ceja y ceja al gamberrismo vacacional, a esos turistas que confunden el todo incluido con el todo vale. Las medidas aplicadas en los últimos años por el colectivo hotelero de la zona van en la línea de poner cerco a actitudes incívicas. Como resultado, anunciaban esta semana, se han expulsado a 219 turistas. Pero hay más. El personal de seguridad en los establecimientos hoteleros ha aumentado significativamente, al mismo tiempo que se han instalado más cámaras de videovigilancia. Esta temporada, ha habido varios motivos de expulsión de clientes incívicos, según detalló ayer el vicepresidente de la asociación hotelera de Palmanova-Magaluf, Joan Espina. Entre ellos, la rotura intencionada del mobiliario de la habitación. Las agresiones al personal del hotel han constituido otro factor de expulsión inmediata.
También, la temeraria práctica de saltar de balcón a balcón, lo que comúnmente se conoce como balconing, aunque desde la asociación hotelera siempre se ha precisado que este término debe emplearse sólo para aquellos casos de turistas que, en una modalidad de riesgo, saltan de sus habitaciones a una piscina en un nivel inferior. Una de las medidas que ham puesto en marcha el sector hotelero reside en que el nombre de cada expulsado se incluye en un listado de la asociación hotelera de Palmanova-Magaluf, de tal manera que ese turista no sea aceptado en otro alojamiento de la zona durante ese verano. Una acción concertada que no existía hace años, cuando el establecimiento hotelero, como mucho, procedía a comunicarle al touroperador que no quería más a ese cliente.
´Lista negra´ Cuando se le pregunta a la asociación hotelera si han elaborado en los años en que lleva en vigor esta práctica una base de datos en forma de lista negra de turistas problemáticos, Espina responde que no, puesto que podría vulnerar la Ley de Protección de Datos. De esta forma, puede darse el caso de que visitantes que hayan sido expulsados este verano por mal comportamiento no tengan problema para regresar el año que viene. Esta asociación sectorial no cree que el aumento de las expulsiones (219 registradas este año, frente a las 172 de 2012) se deba a una mayor afluencia de turistas, como queda de relieve en la información adjunta de esta página. Espina argumenta que, más bien, Magaluf ha cobrado renovada fuerza como meca de la diversión y la gente joven fluye en mayor proporción.
La asociación hotelera, subrayó Espina, espera que esa cifra de expulsados se pueda reducir de cara a próximas temporadas. Y, en este sentido, valoran que la difusión de estos datos sirva para que se sepa públicamente que los turistas con mal comportamiento no tienen carta blanca en los establecimientos de la zona. Por el momento, explican en el sector, hoteles que únicamente contaban con apenas un conserje de noche y un vigilante propio para garantizar la seguridad han optado por la contratación de un servicio privado. Asimismo, en los últimos años, ha aumentado la instalación de cámaras de videovigilancia en zonas comunes. En este caso, se intenta combatir también la acción de los ladrones que se hacen pasar por turistas para robar al descuido en zonas comunes, como ascensores o áreas de recepción.
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