Allá por el año 1815 en la ciudad de Zaragoza, al Rey Carlos I se le ocurrió ordenar un Edicto Real donde quedaba regulado por primera vez en España la profesión de la seguridad privada, que en este caso recogía la implantación de guardas al cuidado de de los plantíos de árboles, lo que ahora bien se podía asimilar a la actual categoría de Guarda Particular de Campo. La historia de nuestra profesión parte de ahí, y por la solera y la antiguedad que atesora, debería de ser motivo de más respeto y valoración por parte de la sociedad y las autoridades que nos gobiernan.
Festividades y celebraciones aparte, esta hito histórico debería de servir para algo más que para que declarar oficialmente un día nacional de la seguridad privada y ser motivo para canalizar una seria reflexión en pos de dignificar y poner en valor una profesión tan demandada y esencial en la sociedad moderna como complemento de la seguridad pública, y no para ser utilizada como "mano de obra barata" de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.
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