Atacan de soslayo al sector de la seguridad privada, declarando que ”la actitud de los inspectores de prisiones atenta contra la honorabilidad y la honestidad profesional de los funcionarios y buscar la excusa de auspiciar la privatización de la seguridad interior en las prisiones”
En una vuelta de tuerca que roza el esperpento, el sindicato de funcionarios CSI-F ha elevado un escrito al Subdirector General de Inspección Penitenciaria en el que le solicite que depure responsabilidades contra unos inspectores que cometieron la osadía de sorprender a unos funcionarios del turno de noche de la cárcel de Sevilla I durmiendo. Su queja viene en el sentido de que según las normas, nadie puede entrar de noche sin previo conocimiento y autorización del jefe de servicios para abrir las puertas. Solo que imaginamos que si los inspectores avisan del momento en que van a inspeccionar, los implicados ocultarán las pruebas de aquellos que se pretenda investigar. Lógico.
Los funcionarios tienen la sensación de impunidad, pero también de persecución. Denuncian “una especie de conspiración que no hace sino confirmar las sospechas sobre la existencia de una campaña de desprestigio y linchamiento de los empleados públicos penitenciarios”. A este diario le resulta extraño que el sindicato que debería cuidar por la profesionalidad y el cumplimiento de las normas en las prisiones, lo que va en beneficio de todos, denuncie extrañas confabulaciones. Los funcionarios son humanos y hasta parece lógico que se dejen vencer por el sueño. Lo que no parece tan lógico es que las normar protejan ese tipo de actuaciones impidiendo el acceso del personal que debe inspeccionar salvo que lo autorice un responsable que, o bien hace mal su cometido, o está en connivencia con los sorprendidos en el sueño.
Igualmente aprovecha para atacar de soslayo al sector de la seguridad privada, declarando que ” esa actitud atenta contra la honorabilidad y la honestidad profesional de los funcionarios y buscar la excusa de auspiciar la privatización de la seguridad interior en las prisiones”. Así mismo declara que de existir alguna merma en la seguridad de las prisiones, esta se debe precisamente a la falta de funcionarios. Y que si consideran que se cometió alguna irregularidad deben sancionar por ello, pero empezando por ellos mismos, ya que incumplieron de manera grave las normas en cuanto a la seguridad de la cárcel.
Parece cuando menos extraño que el representante sindical insista en la defensa argumentada de sus compañeros, si no fuera acompañada del reciente cese del antiguo director del centro por la fuga de dos presos o por las contínuas quejas de falta de personal. Si el sindicato de los funcionarios entiende que la rebaja de los salarios o la escasez de personal se solucionan con funcionarios durmiendo en grupo, mucho nos tememos que estamos ante un problema que tiene difícil solución.
No hay comentarios:
Publicar un comentario