Los históricos objetos, pertenecientes a monarcas del siglo XVII —entre ellos la célebre Cristina de Suecia— y de "valor incalculable", han sido sustraídos de la catedral de Strängnäs
La policía sueca está en alerta por el robo de unos objetos de valor incalculable. El martes 31 de julio, a plena luz del día, dos históricas coronas pertenecientes a los reyes suecos del siglo XVII fueron sustraídas de la catedral de Strängnäs, una localidad ubicada al sureste de Suecia. La catedral estaba abierta al público y, según han informado los agentes que investigan el caso, el suceso ocurrió al mediodía, mientras el templo se encontraba abierto al público. Las cámaras de seguridad registraron a dos personas saliendo de la iglesia y saltando a una lancha con motor atracada en el cercano lago de Mälaren.
Los objetos desaparecidos son dos coronas y un orbe de oro con incrustaciones de plata, perlas y piedras preciosas. El portavoz de la policía de Estocolmo, Thomas Agnevik, ha explicado que se trata de una acción perfectamente planificada y que las autoridades han organizado un completo dispositivo, que se extiende a nivel internacional, para poder recuperar las joyas cuyo valor resulta incalculable. Así lo ha manifestado el mismo Agnevik tras ponerse en comunicación con especialistas de la junta administrativa del condado: "No es posible ponerles un valor económico. Son objetos de valor incalculable y de interés nacional". Una opinión que ha corroborado el decano de la catedral, Christofer Lundgren: "Son piezas que forman parte del patrimonio cultural nacional, es un robo a la sociedad sueca".
Las joyas robadas forman parte del atuendo funerario del rey Carlos IX (1550-1611) y la reina Cristina de Suecia (1626-1689). Todos ellos fueron exhumados tiempo atrás para poder ser exhibidos y se encontraban expuestos en cajas de cristal en la catedral. Pero ni el sistema de seguridad ni la alarma antirrobo lograron impedir que fueran sustraídos. Un ciudadano sueco llamado Tom Rowsell, que va a contraer matrimonio en el lugar del incidente este fin de semana, presenció el robo. "Uno de mis amigos vio a dos personas corriendo. Yo vi el bote justo allí, un pequeño barco con motor en la parte posterior… Supe inmediatamente que eran ladrones por la forma en que se comportaban", explicó Rowsell.
Carlos IX reinó en Suecia desde 1604 hasta su muerte en 1611; mientras que Cristina de Suecia lo hizo de 1632 hasta 1654, cuando abdicó. Ese mismo año repudió el protestantismo y se convirtió al catolicismo. Cristina fue sin duda un personaje transgresor. Desafió todas las imposiciones de una estricta corte luterana, rompiendo en pleno siglo XVII con los tabúes de su época. Tenía una gran curiosidad intelectual, hizo frente a los amores prohibidos, a la moral y a la represión de la iglesia luterana. Una imagen de ella que se encargó de transmitir en 2015 el director finlandés Mika Kaurismäki.
La historia de la reina había fascinado tiempo antes, en 1933, a Rouben Mamoulian quien dirigió La reina Cristina de Suecia, protagonizada por la icónica Greta Garbo, película que narra la historia de la abdicación de Cristina cuando se enamora de un diplomático español llamado Antonio, interpretado por John Gilbert. No es la primera vez que unos objetos funerarios de la realeza sueca han desaparecido. En 2013 fueron sustraídas de la ciudad de Västeras, ubicada en el centro del país, una corona y un centro del atuendo funerario del rey Johan III. Dos días después fueron encontrados en unas bolsas de basura al borde de una autopista, después de que alguien llamara a la policía. Un año antes un joven de 19 años confesó haber robado joyas por valor de 102.000 libras (115.000 euros) del apartamento de la princesa Cristina cerca del Palacio Real.
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