La Sección 29 de la Audiencia Provincial de Madrid celebrará desde mañana hasta el miércoles el juicio contra los hermanos Lorenzo Javier G.V., José Antonio G.V. e Israel G.V., acusados de disparar contra los vigilantes de seguridad de un bar donde le negaron la entrada a uno de ellos.
Los tres están acusados de tres delitos de homicidio en grado de tentativa, dos delitos de lesiones con armas y tres delitos de tenencia ilícita de armas, por los que la Fiscalía solicita para cada uno de ellos una pena de 35 años y ocho meses de prisión. Según consta en el informe provisional del Ministerio Público elevado a la Sala, en la madrugada del 7 de agosto de 2005 cuatro personas, de las que tres son testigos protegidos por el tribunal, se encontraban realizando funciones de vigilante de seguridad en el local 'Coco Loco', de la localidad madrileña de Torrejón de Ardoz.
Los tres están acusados de tres delitos de homicidio en grado de tentativa, dos delitos de lesiones con armas y tres delitos de tenencia ilícita de armas, por los que la Fiscalía solicita para cada uno de ellos una pena de 35 años y ocho meses de prisión. Según consta en el informe provisional del Ministerio Público elevado a la Sala, en la madrugada del 7 de agosto de 2005 cuatro personas, de las que tres son testigos protegidos por el tribunal, se encontraban realizando funciones de vigilante de seguridad en el local 'Coco Loco', de la localidad madrileña de Torrejón de Ardoz.
Sobre las 5.25 horas, Lorenzo Javier G. intentó entrar en el local, pero los vigilantes se lo impidieron debido a su aspecto. El encausado inició un discusión con los vigilantes y les amenazó con causarles “la ruina”, porque en breve volvería y entonces iban “a flipar”. Media hora después el procesado cumplió su amenaza y regresó con sus hermanos José Antonio e Israel a bordo de un coche todoterreno. Los tres procesados portaban armas y se habían puesto de acuerdo para acabar con la vida de los vigilantes. Al ver su vida amenazada, uno de los agentes de seguridad se dirigió hasta el vehículo con un palo, momento en el que uno de los procesados apretó el gatillo de su escopeta y disparó en dos ocasiones a través de la ventanilla, alcanzando a tres personas, una de ellas el propio vigilante, que se encontraban en las inmediaciones de la discoteca.
A continuación, Lorenzo Javier y sus dos hermanos descendieron del coche y entraron en la discoteca, donde los vigilantes se habían refugiado. Una vez dentro del local continúo la refriega y, en medio del tumulto, y mientras las personas se parapetaban con lo que podían para salvar sus vidas, los procesados continuaron disparando, causando dos heridos más. La Fiscalía considera en su escrito que alguno de los lesionados pudo haber fallecido de no ser por la rápida intervención médica.
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