La Policía Nacional detuvo el pasado viernes 2 de Noviembre a un hombre de 38 años de edad, vecino de Bertamiráns (Ames), que había apuñalado esa misma tarde (17.00 horas) a un vigilante de seguridad en las inmediaciones del Centro Gallego de Arte Contemporaneo de Santiago. A la policía le llama la atención el hecho de que el invididuo posee numerosos antecedentes policiales, con 54 detenciones a su espalda, muchas de ellas por delitos contra la propiedad y con uso de violencia. La descripción física facilitada por particulares que observaron el suceso, permitió a los agentes localizarlo en el casco histórico compostelano y proceder a la intervención de su navaja que aún tenía, al parecer, restos de sangre.
El vigilante, que presentó lesiones en su antebrazo izquierdo y afectados varios tendones -por lo que necesitó ser operado-, se mostró optimista por lo que pudo llegar a ocurrir. Destaca que, dada la intención y las acometidas del individuo, su objetivo era «herirlo de gravedad, puesto que estaba muy alterado y agresivo». El detenido, al que se le imputa por este caso un delito de lesiones, ha quedado en libertad con cargos. A los agentes de la policía les resulta frustrante que todo su trabajo de investigación y sus detenciones no sirvan para «sacar a los delincuentes de las calles, porque quedan libres tras prestar declaración judicial, lo que además causa una sensación de impunidad que es terrible», asegura un funcionario del cuerpo.
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