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3 de noviembre de 2012

¿Para cuándo una ley que combata eficazmente el intrusismo que hay en la seguridad privada?



La organización de la fatídica fiesta de Halloween del Madrid Arena contrató a la empresa de servicios auxiliares "Kontrol 34" para la seguridad interior del pabellón, que contaba con 74 trabajadores sin formación adecuada en seguridad privada y solo con 3 vigilantes de Seguridad.

La normativa no exige contratar a un número determinado de personas en seguridad privada si hay miles de personas en un evento. Así, la empresa organizadora de la fiesta de Halloween en el Madrid Arena, contrató la seguridad de la empresa Kontrol 34, S. L., especializada en la organización de eventos y cuyo personal no requiere formación específica en seguridad ni labores de evacuación ante posibles aglomeraciones de gente. El dispositivo era de 74 trabajadores en el interior del recinto que se vieron desbordados ante el tapón formado en el único vomitero de acceso al pabellón. 

La seguridad exterior corría a cargo de Seguriber, una empresa que trabaja en otros espacios del complejo y que realizan las labores de prevención en este tipo de eventos. Se encargan de controlar –aquel día lo hicieron desde las once de la noche hasta que terminó el evento– que los jóvenes que van a acceder al recinto no introduzcan vidrio o otro tipo de objetos peligrosos. Estos trabajadores sí son vigilantes de seguridad privada, es decir, sí tienen formación en seguridad. Sin embargo, al tener encomendadas las tareas en el exterior, los 38 trabajadores estaban distribuidos a lo largo de los cinco filtros de acceso y sólo tres de ellos estaban en el interior del Madrid Arena, en las vías de evacuación. A pesar de que una portavoz de Seguriber asegura que en el Informe de Incidencias rellenado aquella noche no consta «ningún tipo de avalancha para entrara al recinto», la Policía Nacional, sin embargo, afirma que el visionado de las imágenes sí se ve a cientos de jóvenes saltar los tornos y colarse.

El informe de la empresa, al parecer, sólo refleja tres «incidentes» ocurridos en el exterior: tres botellones (a las 00:20 horas en la zona de restaurantes, otro en el párking, y otro a las 4:15 horas en la zona de teatro), que nada tienen que ver con los cientos de jóvenes tratando de colarse, según la portavoz, que reconoce que los cacheos y controles «son aleatorios». La petición de DNI y de entradas corresponde a Kontrol, 34 y a los organizadores. Según explicó ayer a este diario un portavoz de Madrid Espacios y Congresos, la normativa en la Comunidad de Madrid en este sentido es «demasiado vaga». Es decir, que por Ley no es obligatorio exigir el cumplimiento de requisistos más estrictos en materia de seguridad a la empresa que se alquila el espacio municipal. Información publicada por "larazon.es" AQUÍ

¿Cuánto vamos a tener que esperar para ver publicada una nueva Ley de Seguridad Privada que combata eficazmente el intrusismo de las empresas auxiliares?

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