Los 56 vigilantes de seguridad del coso tienen como misión que todo transcurra con normalidad: nadie entra embriagado o sin localidad.
Ahora, en la plaza de los Bernal es imposible que haya polizones. Lo dice el jefe de seguridad de la plaza desde hace 24 años, Juan Francisco Perales Jiménez, del Grupo Corsys. Cincuenta y seis personas componen estos días el equipo de seguridad vigilando las ocho puertas por las que pueden acceder los aficionados a los grandes festejos como el de ayer, en el que el primer susto vino con el revolcón de El Fandi en el primero de su lote, que apenas se notó al verlo manejar el capote. Aseguraba Perales que a La Condomina no puede acceder gente «en malas condiciones» (bebido se entiende) y sin entrada; en cada puerta hay dos auxiliares que controlan los tornos y cortan las entradas, y un vigilante de seguridad. Quedan advertidos: difícil es ver a un toro por la patilla.
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