El personal de seguridad de confianza, sometidos a pruebas constantes, cobran más de 5.000 euros mensuales
Los recortes en seguridad en los principales bancos del país no han evitado que los escoltas del Banco Santander sigan recibiendo su exhaustivo entrenamiento diario: clases de artes marciales, tiro y pruebas físicas para verificar que cumplen con la velocidad, fuerza y precisión que exige el cargo. La rutina de un escolta de Emilio Botín no es sencilla y siempre debe entrenar para mantenerse en forma.
El grupo especial de seguridad de Banco Santander se examina dos veces al año (en abril y octubre) y se somete a pruebas en la sede corporativa del banco en Boadilla (Madrid). Disfrutan de un salario envidiable: entre 5.000 y 6.000 euros al mes, pero cada seis meses deben ponerse a prueba y cumplir con marcas mínimas en pruebas de salto o resistencia. “Los escoltas de Botín están mejor preparados que los de la Casa Real”, explica un conocedor de los equipos de seguridad de ambas instituciones.
El equipo de seguridad del presidente del Santander está sometido a pruebas exhaustivas y exigentes. Si en dos ocasiones un escolta no cumple los objetivos, debe abandonar el grupo. Los que corren con mejor suerte son reubicados en puestos administrativos con una jubilación dorada y garantizada dentro del propio banco.
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