A principios de mes entró en vigor una ley que señala que la vigilancia privada tiene un papel auxiliar y especialmente colaborador con las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado
La seguridad privada es una de las salidas profesionales por las que muchos asturianos optan hoy en día. Las empresas y los organismos siguen necesitando personal que vele por el control de las instalaciones y de los profesionales que allí trabajan.
El día 4 de junio ha entrado en vigor una ley que regula las funciones y actividades de la seguridad privada en España. Esta Ley 5/2014 señala que la seguridad privada tiene un papel auxiliar y especialmente colaborador con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, de manera que las empresas de seguridad, los despachos de detectives y el personal de seguridad privada tienen la obligación de colaborar en base al principio de legalidad y de comunicar cualquier hecho delictivo del que tuvieran conocimiento en el ejercicio de su actividad o funciones.
En resumen, puede decirse que el conjunto de los cambios propuestos en la nueva ley, además de mejorar y resolver problemas técnicos, de gestión y operativos, profundiza decididamente en el actual modelo español de seguridad privada (complementaria, subordinada, colaboradora y controlada por la seguridad pública), apostando por su papel preventivo en beneficio de la seguridad general, y lo hace aprovechando e integrando funcionalmente todo su potencial informativo, de recursos humanos y de medios materiales, al servicio de la protección y seguridad del conjunto de la ciudadanía, de forma compatible con el legítimo interés que persiguen las entidades privadas de seguridad.
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