El edificio Heracles de la Zona Franca de Cádiz acogió ayer un acto de reconocimiento a miembros de las empresas de seguridad privada que se han distinguido por el buen ejercicio de sus funciones en el último año. Javier de Torre, subdelegado del Gobierno, presidió la ceremonia acompañado de Manuel Bouzas, comisario principal de la Comisaría Provincial de Cádiz; Jorge Ramos, delegado especial de la Zona Franca y Heladio Gutiérrez Oliva, comandante jefe accidental de la Comandancia de la Guardia Civil de Cádiz.
Una de las personas que vio reconocida su trayectoria fue el gaditano Franco Madeddu López de Silva, que posee, entre otros títulos académicos, el de director de seguridad y mediador laboral. En la actualidad es apoderado de Serramar Vigilancia y Seguridad SL, donde trabaja desde hace más de 13 años. Franco se mostró orgulloso al recibir la distinción y habló sobre un sector que, bajo su punto de vista, "tiene un enorme potencial de crecimiento" al haber alcanzado "la madurez en nuestro mercado, que se presenta como una inversión necesaria de las empresas para mejorar su productividad y sus resultados. No se trata de asumir funciones de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, sino de complementar las mismas y ofrecer a empresarios y consumidores una protección y guarda específica". Franco considera que "con adecuación a la Ley, el resultado es siempre positivo, y repercute en una mejora importante de la seguridad pública".
Y es que la actividad industrial, administrativa, las propias actividades privadas de todos en este siglo XXI, han generado nuevas formas de delincuencia, cuya prevención no es posible dejar solo en manos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. "Si asumimos con naturalidad que el coste de mantenimiento de una piscina en una urbanización es de sus vecinos, no debe extrañar que el coste de la seguridad de esa misma urbanización no repercuta en los presupuestos del Estado, o al menos no totalmente". Al preguntarle por la nueva Ley de Seguridad Privada, Franco comentó que se trata sobre todo "de recoger lo que la realidad ha impuesto, regulándolo y manteniendo un fuerte control administrativo de la actividad. Para elaborar esta Ley se ha contado con todos, y seguramente se habrá conseguido el mejor equilibrio posible".
Por último, sobre los nuevos retos que se le plantearon al sector indicó que "las nuevas tecnologías son el futuro de la seguridad privada y de la pública. Hay medios impensables hace diez años para proteger pisos, empresas, personas, de forma eficaz y no agresiva. Como cualquier tecnología, es susceptible de mal uso, pero el marco legal español protege a mi entender de forma eficaz al ciudadano", concluyó.
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