Un vigilante del Complejo Hospitalario de Jaén se sentará, el lunes, en el banquillo acusado de pegar a su jefe, al que presuntamente rompió un dedo. La Fiscalía sostiene que la agresión se produjo porque el superior quería sancionar a su subordinado tras sorprenderlo 'in fraganti' bebiendo y fumando en el interior del recinto sanitario. Los hechos ocurrieron alrededor de las nueve de la noche del pasado 5 de febrero de 2012. El inspector de la empresa de seguridad realizó una visita sorpresa al Hospital Médico-Quirúrgico, el ubicado en la calle Ejército Español. Fue, entonces, cuando descubrió que V. R. F., un vigilante privado de 47 años, estaba bebiendo y fumándose un cigarro durante su turno, siempre según el escrito de acusación provisional de la Fiscalía.
El responsable de la empresa realizó un informe en el que hizo constar estas irregularidades. Se lo mostró a su subordinado para que lo firmase, tal y como manda la normativa. No obstante, el vigilante se negó a rubricarlo. Se enfadó muchísimo cuando tuvo conocimiento de que le habían abierto un expediente sancionador. De hecho, el Ministerio Público relata que, además, tuvo una reacción violenta. Primero, V. R. F. propinó un fuerte empujón al inspector. Después, presuntamente, le agarró de la mano con agresividad y llegó a fracturarle un dedo en el forcejeo. Con el parte emitido por el hospital sobre la herida, la víctima presentó una denuncia ante la Comisaría, que dio lugar al procedimiento judicial. Eso es, al menos, lo que ocurrió a juicio del fiscal, que pide un año de prisión para el vigilante, al que acusa de un delito de lesiones. Y es que la víctima tardó casi un mes en recuperarse totalmente de la fractura, tiempo en el que estuvo impedido para sus actividades habituales.
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