El SUP denunció anteriormente la falta de seguridad del búnker donde se almacenaba la droga en Cádiz

Los recortes dejaron al depósito de droga robado, sin el vigilante de seguridad El Sindicato Unificado de Policía (SUP) denunció hace año y medio la falta de seguridad del búnker en el que se deposita la droga de los decomisos realizados tanto por el Cuerpo Nacional de Policía como por la Guardia Civil y del que acaban de robar cientos de kilos de droga. El almacén en cuestión se encuentra en el interior de un garaje que se utiliza como parque móvil por parte de varias instituciones. De hecho, el trasiego de vehículos y personas es habitual, ya que su uso se comparte con la Junta de Andalucía.

El garaje colinda con un colegio y edificios de viviendas, además de estar fuera de las dependencias policiales, aproximadamente a unos 50 metros de la comisaría, tras cruzar la avenida principal de Cádiz. "Es imposible que un funcionario lo controle, a menos que se vaya a la esquina de la calle", apunta Francisco Camacho Flores, secretario general en la provincia de Cádiz del SUP. Camacho, en declaraciones a ELMUNDO.es, confirma que se pidió, tras el robo de droga en un almacén en Málaga, que se aumentaran las medidas de seguridad del búnker. La Subdelegación del Gobierno optó por instalar una puerta acorazada y contratar a un vigilante de seguridad privada. Sin embargo, según el representante provincial del SUP, "el vigilante no duró mucho y la única seguridad era el control mediante las cámaras de vigilancia".

Cámaras que, si bien es cierto que eran controladas desde las oficinas de Comisaría, debían "estar inutilizadas o averiadas en el momento que se cometió el robo", según Camacho Flores. Además, apunta que el mismo funcionario que se encuentra en la sala de vigilancia atiende también el calabozo. "Si tiene que controlar a algún detenido, no puede estar pendiente a la vez de las cámaras". Los ladrones realizaron un butrón en la pared del búnker, aunque no se ha precisado si fue a través del patio del colegio o de algunos de los edificios con los que colinda. A juicio de Francisco Camacho, "lo han tenido fácil", ya que "ha quedado demostrado que no existían garantías de seguridad".

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