Un Juzgado de San Sebastián ha condenado a casi seis años de cárcel a un ciudadano rumano que tras acceder a una empresa de Idiazabal con el propósito de cometer un robo hirió de gravedad a un vigilante de seguridad, a quien agredió repetidas veces con un martillo. Los hechos que ahora han sido sentenciados por el Juzgado de lo Penal 2 de Donostia ocurrieron el 6 de enero de hace dos años.
El acusado, que llevaba el rostro tapado por un pasamontañas, entró en la garita de seguridad donde comenzó a registrar varios cajones. Fue sorprendido en aquel instante por el vigilante, a quién golpeó con un martillo en la cabeza. A partir de ese instante se produjo un forcejeo entre ambos, en el transcurso del cual el guarda consiguió despojar de la prenda con la que el cubría el rostro al ladrón. Durante la pelea, víctima y agresor salieron al exterior de la garita, donde, debido a la pugna que mantenían, el guarda terminó por caer a suelo. La sentencia indica que en aquel instante, el ladrón sacó un cutter con el que hirió al vigilante tanto en la cara como en las venas de la muñeca izquierda. Seguidamente, volvió a esgrimir el martillo con el que propinó de nuevo varios golpes al encargado de la seguridad de la empresa. Tras recibir varios impactos en la cabeza, el guarda logró zafarse del agresor y pudo refugiarse en la cabina de la báscula. Como consecuencia de estos hechos, el vigilante resultó con heridas inciso-contusas en la sien izquierda, labio y muñeca izquierda, donde además sufrió la sección parcial de un nervio. Debido a los golpes y heridas, la víctima tardó 450 días en curar de las lesiones. De ellos, tres estuvo hospitalizado y 268 sin poder realizar sus ocupaciones habituales.
Como secuelas le han quedado una cicatriz en la muñeca izquierda de 35 centímetros, otras dos de 3 y 2 centímetros en la zona frontal izquierda y una más en la mejilla de un centímetro. Padece además hormigueos en la palma de la mano, además de un trastorno depresivo y del humor. El Juzgado de lo Penal 2 de Donostia considera que el acusado incurrió en un delito de robo con violencia en grado de tentativa, por el que se le impone una pena de dos años, así como de otro de lesiones por el que se le sentencia a tres años y diez meses más. También, acuerda que el acusado indemnice al vigilante con 28.820 euros por las lesiones que sufrió y las secuelas que padece.
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