Empotran una carretilla elevadora contra la puerta de la oficina de la empresa para llevarse dos ordenadores y cerca de mil euros
El guardia de seguridad que cada noche vigila el centro de reciclaje Hermanos Inglés de Pozo Estrecho se encontraba subiendo las escaleras de su garita cuando cuatro encapuchados se abalanzaron sobre él. Los hechos ocurrieron minutos después de las nueve de la noche del jueves. Los atracadores aprovecharon que el último trabajador de la empresa se había marchado instantes antes para irrumpir en el recinto y golpear al sereno.
«Eran cuatro hombres, tres tenían acento árabe y uno era latino. Al vigilante le dieron con un tubo en la espalda y en la pierna para reducirlo, pero está bien porque sólo han sido contusiones», relató ayer uno de los responsables del centro de gestión de residuos. Asimismo, esta persona apuntó que «iban armados con una pistola y una escopeta», y también manifestó que «encañonaron a nuestro empleado de seguridad para que no se moviera». Con el vigilante ya fuera de combate, los malhechores iniciaron su aparatoso plan para derribar la puerta de hierro -similar a la de una celda carcelaria- que impedía su acceso al interior de las oficinas de la chatarrería. Para abrirla optaron por usar una carretilla elevadora, la cual empotraron contra la puerta hasta dejarla reventada por completo.
Una vez dentro, la banda de asaltantes cogió dos ordenadores y una máquina expendedora de dinero. En el negocio utilizan este aparato, muy similar a las de tabaco, para pagar y cobrar a sus clientes. Esto sirve para centralizar la caja y que los empleados no manipulen el dinero directamente. En cuanto al relato de los hechos: una vez que sacaron a pulso la máquina de la oficina, la cargaron en el maletero del coche del propio vigilante de seguridad. En la grabación de las cámaras del local se observa cómo los atracadores tienen dificultades para introducir el cajero dentro del utilitario de la marca Fiat propiedad del sereno. El aparato no cabía.
Los ladrones huyeron en el coche del vigilante con un botín de cerca de mil euros. La Guardia Civil encontró el vehículo horas más tarde en un paraje situado en el mismo pueblo, a escasos cuatro kilómetros del escenario del atraco. Los dueños de la citada chatarrería destacaron la celeridad con la que actuaron las fuerzas del orden. Pese a su rápida intervención, ayer a última hora de la tarde aún no se conocía el paradero de los atracadores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario