En las últimas semanas la Policía ha detenido a seis personas por ejecutar pintadas vandálicas en los trenes
Las medidas de protección y la vigilancia presente en los talleres de Metro Bilbao en Sopela frustraron el pasado fin de semana el ataque de un grupo de grafiteros que presuntamente pretendía pintar los trenes que permanecían estacionados en la localidad de Uribe Kosta. Los hechos se produjeron en la madrugada del domingo y un varón llegó a ser identificado, según informaron ayer a EL CORREO fuentes cercanas a la seguridad del suburbano. La dirección de la empresa pública de transportes reconoció que «varios intrusos» penetraron en el recinto, lo que hizo saltar la alarma «perimetral». No obstante, la compañía dijo no tener claro si se trató de grafiteros u otro tipo de merodeadores, como ladrones o jóvenes ebrios. No muy lejos de la base del suburbano se estaban celebrando las fiestas patronales de la localidad. Con todo, Metro Bilbao quiso destacar que la vigilancia «funcionó» y evitó males mayores.
Con varios sprays de pintura Las fuentes consultadas por este diario sostienen que los guardias que acudieron a verificar la veracidad del aviso emitido por los sistemas de seguridad se toparon con «entre cinco y diez desconocidos». Al sentirse descubiertos, los encapuchados emprendieron la huida. Sin embargo, uno fue interceptado e identificado. Las mismas fuentes refieren que portaba varios recipientes de pintura.
El ataque abortado en Sopela se produce en un momento en el que los grafiteros se están mostrando especialmente activos en el territorio. En las últimas semanas, la Policía ha detenido a seis personas por ejecutar pintadas vandálicas en los trenes. El año pasado, Euskotren y Renfe tuvieron que destinar 400.000 euros en Bizkaia a borrar las huellas dejadas por los 'francotiradores' del spray. Muchas de las incursiones que llevan a cabo son grabadas por cámaras y subidas a internet.
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