La fiesta anglosajona de Halloween se encuentra de plena actualidad en nuestro país. Nadie se resiste ya a ponerse una careta e inpregnarse del espíritu de la fiesta de los muertos... En el sector de la seguridad privada pasa un poco lo mismo: la crisis que afecta a todos los ámbitos de nuestra vida es una terreno perfectamente abonado para que abunde un modelo empresarial sin escrúpulos y dispuesto a todo. El "Efecto Halloween" triunfa entre nuestros directivos con más fuerza que nunca. Ahora la última moda en las empresas de seguridad privada es la promocionar una clase dirigente dispuesta a chuparle hasta la última gota de sangre a sus vigilantes.
Nadie discute que nuestro oficio es hoy por hoy todo un muerto viviente: intrusismo, inseguridad laboral, precariedad,
abandono, empresas que no pagan a sus trabajadores, falta
de reconocimiento social, más 60 % del personal habilitado sin trabajo, sin horas extras, con bajos salarios, abuso de los despidos colectivos o por causas objetivas... pero por si esto fuera poco "los vampiros de la la seguridad privada" no paran de ensayar nuevas fórmulas para seguir exprimiendo a sus trabajadores: orquilla para flexibilizar la jornada al máximo, recorte en las pagas extras... El último grito en este tipo de prácticas es el de intentar imponer a los comités un modelo vacacional que afecta directa y gravemente a la conciliación de la vida laboral y familiar: "os vais una semanita o diez días de vacaciones en el verano y los demás días a repartirlo a lo largo del año, que es muy largo. Y si queréis conservar los 16 días, os bajamos el porcentaje a la mitad, porque los servicios hay que cubrirlos y no se puede ir tanta gente en verano..." Esta es la politicas de ciertas empresas para optimizar al máximo el calendario de vacaciones. Y si no hay acuerdo, ustedes verán, porque esto es lo que hay y es lo que vamos a remitir a la plantilla.
Es una patronal insasiable, que no tiene límites. Si no te sometes a sus dictados, te sacan un listado inflado con
excedente
de trabajadores y te montan un ERE en menos que canta un gallo. Y si no te portas bien en la negociación, les pagan a los afectados la mínima indemnización posible, que es lo que marca la ley. Cualquier cosa menos mirarse para dentro y ver donde se puede recortar de otras partidas que no sean siempre la misma, la que afecta a los trabajadores de a pié. A poco que seamos un poco observadores, y a pesar de la que está cayendo, todavía vemos empresas de seguridad instaladas en palacetes o en oficinas de altos vuelos, llenas de grandes cristaleras y con unos alquileres prohibitivos. Vemos directivos con coches de gama alta a su disposición las 24 horas del día, que siguen tirando de tarjeta de empresa y comiendo a mediodía a costa de la empresa. Vemos revistas editadas a todo lujo vendiendo las bondades de la compañía. Vemos como se pagan alquileres de auténticos chalets a personal directivo para que vayan y vengan de su lugar de origen a la delegación donde son enviados... Un verdadero estatus al que no están dispuesto a renunciar, aunque para ello haya que seguir chupándole la sangre a los de siempre.
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