Cuatro trabajadores de la empresa de seguridad del aeropuerto de Lavacolla, Segur Ibérica, denunciaron la «situación de acoso continuado que vén padecendo por parte do coordinador, Manuel González Dosil». Según explicó el delegado de Persoal, Xosé Luis Castro, uno de los denunciantes, se ven sometidos a tratos «vejatorios» por parte de esta persona. Indicó que la situación no es nueva y «ya con la anterior empresa, Eulen» tenían que «soportar el acoso». De hecho, el delegado de Persoal apuntó que en el 2010, con una anterior denuncia, les dieron la razón. En este caso, los trabajadores denunciaban que se incumplía un acuerdo para rotar al personal en diferentes puestos, lo que permitía que «una vez tocará un sitio bueno y después uno malo». Pero, pese a darles la razón, con «la reforma laboral volvió hacer lo que le da la gana». Castro indicó que el problema afecta a todo el personal, pero la mayoría no se atreve a denunciar por «miedo».
Previsión de menstruación Ofelia Lema, una de las trabajadoras de la empresa, aseguró que el coordinador niega el «permiso para ir ao baño a facer as necesidades fisiolóxicas». Incluso Lema indicó que se les exige que comuniquen «con antelación» la previsión de las menstruaciones o la obligación de cumplir con turnos de 11 horas seguidas de pie y no facilitarle un relevo ni para ir al baño ni para ir a coger un vaso de agua. Estas declaraciones fueron hechas en el transcurso de la rueda de prensa de la CIG para presentar la campaña del 25 Noviembre contra la violencia económica e institucional. La trabajadora indicó que el acoso llegó a su punto culminante cuando realizó comentarios «ofensivos» sobre su pareja e «insultos» referidos a su sexualidad.
Castro aseguró que la denuncia interpuesta en junio fue admitida a trámite. La secretaria confederal de Muller de la CIG, Margarita Corral, explicó, en una nota de prensa, que fue necesario llegar a la vía penal porque, pese a informar de esta situación a la empresa, «non se adoptou medida alguna». Corral definió al coordinador de la empresa de seguridad del aeropuerto de Lavacolla, como «homófobo e misóxino». La responsable de la CIG dijo que la empresa, pese a ser conocedora de la situación de acoso «e da posterior imputación polo penal, a día de hoxe non houbo a máis mínima resposta e nin sequera unha investigación informal deste feitos».
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