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28 de abril de 2015

MÁLAGA: Ser mileurista, un lujo para quienes empiezan hoy en un trabajo


El empeoramiento de las condiciones retributivas de los que se incorporan al mundo laboral hacen que la brecha entre trabajadores nuevos y antiguos de una misma empresa se haya agrandado


La polémica saltaba hace unos días: los vigilantes de sala del flamante museo Pompidou de Málaga cobran 3,95 euros por hora (467 euros al mes). Sindicatos y partidos de la oposición se apresuraron a calificar el asunto de inadmisible. Pero más allá de este caso concreto, en el que entra en juego una subcontrata del Ayuntamiento, cabe reflexionar sobre si las cifras que tanto escándalo han causado constituyen una excepción en el mercado laboral malagueño. Y la respuesta es negativa. Porque si en el Pompidou hay empleados con varios idiomas y un máster en su currículum que cobran menos de 4 euros la hora, en los hoteles de la Costa del Sol pueden encontrarse limpiadoras subcontratadas que cobran 300 euros menos al mes por hacer lo mismo que sus compañeras que están en plantilla. O auxiliares de seguridad en naves o edificios de oficinas que trabajan 250 horas al mes por 800 euros. O informáticos recién licenciados que programan software en el PTA por menos de 900 euros mensuales.

Contra lo que dijo el ministro Montoro, los sueldos han bajado durante la crisis: lo corroboran expertos en recursos humanos, portales de empleo, sindicatos... y la propia estadística que elabora la Agencia Tributaria basándose en las declaraciones de la renta. Según estos datos, el sueldo medio bruto anual declarado por la población asalariada en Málaga pasó de 16.269 euros a 15.286 entre 2008 y 2013: son 983 euros menos, un 6%. Pero hay un dato más llamativo: en esos cinco años, el porcentaje de los trabajadores asalariados que declaran cobrar menos del salario mínimo (es decir, 9.034 euros al año o 646 euros al mes) ha pasado del 34% al 43%. En cambio, la franja de población que se sitúa entre los 645 y los 1290 euros ha bajado del 29 al 24%. Eso sí, curiosamente la parte más alta de la pirámide salarial no sólo no ha adelgazado, sino que ha engordado: en 2013 hubo 3,791 malagueños que declararon a Hacienda ingresos salariales de más de 90.000 euros al año, frente a los 3.458 de cinco años antes.

Pero esta caída salarial no se debe tanto a que haya bajado el sueldo de los trabajadores ya establecidos –aunque esto también haya ocurrido en determinados casos–, sino a que los salarios de entrada (es decir, los que se ofrecen a los nuevos empleados que entran en una empresa) han sufrido un auténtico desplome. La consultora Towers Watson, dedicada a hacer estudios retributivos, estima que dichos salarios de entrada han caído un 20% en los últimos cinco años. «Es preocupante porque de momento no se percibe freno en la caída y, aunque la tendencia cambiara, la gente va a tardar muchos años en alcanzar los salarios que había antes de la crisis», apunta la directora de estudios retributivos de esta firma madrileña, Eva Patier.

Brecha salarial Este empeoramiento de las condiciones retributivas de entrada hacen que la brecha entre trabajadores nuevos y antiguos de una misma empresa se haya agrandado. Según Jorge Guelbenzu, director general de Infoempleo.com, «si hace ocho o diez años la propuesta salarial ofrecida por una empresa para nuevas contrataciones era, en muchos casos, superior a la media de ese mismo puesto en esa misma empresa, actualmente ocurre todo lo contrario». El portal de empleo calcula que la diferencia entre la retribución de los profesionales ya integrados en una empresa y los de nueva contratación puede superar el 30% «en todas las categorías profesionales». «Quienes han empezado en un nuevo trabajo durante la crisis han tenido que aceptar condiciones mucho peores de las que pudieron tener antes haciendo lo mismo», apunta Patier.

Hay casos y casos, claro. Perfiles como los comerciales han sufrido más severamente que el resto esta caída salarial. «Cobran un fijo más bajo y, además, los objetivos necesarios para conseguir el variable se han vuelto muy difíciles de conseguir», explica Eva Patier, que considera especialmente reseñable el caso de los visitadores médicos, a los que les ofrecen ahora un 40% menos de sueldo que antes de la crisis.

Los salarios de entrada también han caído en Málaga para otros perfiles cualificados como los ingenieros de telecomunicaciones debido a la crisis que ha afectado a algunas empresas del sector. Los maestros en centros privados ya venían de sueldos bajos por el abundante número de titulados que sale cada año de las universidades, pero la tendencia se ha agudizado en los últimos años, especialmente en las guarderías, donde diplomados en educación infantil cobran sueldos por debajo de los mil euros (a jornada completa) al estar contratados como técnicos.El descenso también ha sido patente en el sector tecnológico, sobre todo para los trabajadores sin experiencia. Según un sondeo realizado en empresas de ‘software’ del PTA, el sueldo que cobra un programador ‘junior’ ha bajado hasta los 14.000 euros brutos al año (menos de 900 euros netos al mes). No obstante, fuentes del sector matizan que estos profesionales aumentan rápidamente su nivel retributivo hasta alcanzar o superar los 20.000 euros al año con tres años de experiencia. El director de la empresa Arelance, dedicada al reclutamiento de este tipo de trabajadores, añade que en este sector la tendencia está empezando a revertirse. «Ahora se cobra más que hace un año», afirma.

La trampa del tiempo parcial Uno de los factores que incide en esta caída de salarios es el crecimiento de los contratos a tiempo parcial. Los sindicatos alertan de que en muchos casos, estos contratos se están utilizando fraudulentamente, ya que los trabajadores están a jornada completa pero sólo cotizan por la mitad. Camareros, dependientes y personal de limpieza figuran entre los colectivos donde más prolifera esta práctica. «En los hoteles la cosa está más o menos controlada, pero los restaurantes, chiringuitos y cafeterías son una auténtica selva», afirma la secretaria general de Comercio, Hostelería y Turismo de CCOO en Málaga, Lola Villaba. «En la mayoría de establecimientos pequeños no se respeta el convenio, ni en cuestión salarial ni en lo referente a descansos, vacaciones y beneficios sociales», añade, recordando la alta prevalencia de la economía sumergida en este sector.

Y si se habla de economía informal y sueldos bajos, mención aparte merece el empleo vinculado al cuidado de las personas dependientes. CC OO denuncia que los trabajadores contratados con ayudas de la Junta están sujetos a unas condiciones «casi peores» que las de la economía sumergida. Terreno abonado, pues, para un concepto que parecía desterrado en España: la pobreza laboral. Según la definición de Eurostat, es la que sufren los que tienen empleo pero viven en hogares cuyos ingresos están por debajo del 60% de la mediana de ingresos del conjunto de los hogares. Doce de cada cien personas con empleo están en esta situación, según el último estudio del INE. Los trabajadores autónomos, temporales y con contratos a tiempo parcial son los que más riesgo de exclusión económica tienen. «Se está creando empleo, pero ¿a qué precio? Tener trabajo hoy no es garantía de vivir dignamente», concluye Lola Villalba.

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