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28 de agosto de 2012

Ferrocarriles de Cataluña experimentan con una aplicación de móvil para "denunciar el incivismo"



Ferrocarriles de la Generalitat de Cataluña (FGC) ha lanzado una aplicación de móvil con la que el usuario puede alertar al momento de conductas incívicas que se estén produciendo en los vagones o estaciones de tren. Con esta nueva herramienta, que se puede descargar gratuitamente y está disponible en catalán, castellano e inglés, FGC quiere ofrecer a los usuarios cívicos una forma discreta de avisar de conductas no permitidas sin necesidad de correr el riesgo de que los infractores les respondan con intimidación. Ver información AQUÍ

FGC espera que con esta aplicación se acabe con la sensación de impunidad de algunos incívicos que actúan pensando que nadie les va a plantar cara. Las situaciones incívicas cuestan al año a la red de ferrocarriles catalanas más de 2 millones de euros. La aplicación presenta, en el menú de alertas predeterminadas, una docena de situaciones, entre las que destacan asientos sucios por usuarios que ponen los pies encima, ocupación de asientos reservados para personas mayores o embarazadas, gente en el suelo, cristales rayados, apedreamiento, grafitis, música alta, viajeros que fuman o usuarios sin billete. 

Cuando el usuario selecciona una de las opciones, la aplicación envía un aviso al Centro de Mando Integrado de FGC, que inicia el protocolo establecido para cada tipo de infracción. En la mayoría de los casos, se solicitará al momento al maquinista que emita un mensaje de advertencia por megafonía o se movilizará un agente de seguridad para que hable directamente con el infractor y, en el supuesto que persista, se le sancionará con multas que pueden llegar hasta los 300 euros.

En los primeros 5 días se ha recogido 110 alertas de actos incívicos en los cinco primeros días de funcionamiento de la nueva aplicación para móvil con la que los usuarios pueden delatar a los infractores. Los avisos más frecuentes son los de viajar sin billete (20,62%), asientos sucios (13,40%), música alta (12,37%) y mendigos y músicos ambulantes (10,65%), ha informado hoy FGC en un comunicado. Los usuarios también han delatado a gente sentada en el suelo (8,59%), la ocupación de asientos reservados para personas que merecen una atención especial (6,36%), fumadores (5,15%), grafitis (5,15%), suciedad (5,15%), apedreamiento (3,09%) y cristales rotos (3,09%). Con 70 avisos, la línea Barcelona-Vallès genera más delaciones que la Llobregat-Anoia (40 alertas). Ver AQUÍ


No sabemos si esta aplicación va a resultar de gran ayuda a los profesionales de la seguridad privada que prestan servicio en los ferrocarriles, o si por el contrario les va a complicar más aún su trabajo. También habrá que ver la "fiabilidad" de un dispositivo donde cualquier ciudadano que se descargue la aplicación pueda denunciar un acto incívico y cual es el índice de falsas alarmas.

Al margen de estos experimentos, lo que no se acaba de atajar es la inseguridad que padecen los vigilantes de seguridad que trabajan en el entorno de la red de metros y ferrocarriles del estado español. En concreto, los vigilantes del Metro de Barcelona sufren una veintena de agresiones al año, la mayoría consistentes en fracturas, contusiones, navajazos, arañazos e incluso mordiscos. Los compañeros dicen sentirse "totalmente desprotegidos" porque funcionan con patrullas de sólo dos personas por turno en cada una de las ocho líneas, lo que consideran insuficiente para enfrentar situaciones de conflicto que se generan a diario en el transporte subterráneo. Además, desde hace unos tres años, con la llegada de la crisis económica, se ha introducido la figura del "agente único" que hace funciones tanto de vigilancia en los vagones como en los tornos para validar el tique, donde se producen la mayoría de los incidentes. Ver información publicada en prensa AQUÍ

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