Así lo han denunciado los vigilantes de seguridad de la empresa Alerta y Control, encargada de la supervisión de los establecimientos, ante sus superiores jerárquicos; y estos, al Ayuntamiento
Media docena de inmuebles propiedad de Madrid Destino, la sociedad que gestiona el Madrid Arena, son abandonados a su suerte por el consistorio, que no denuncia ni los robos Los emblemáticos edificios municipales que albergaron la Feria del Campo en los 60 y que posteriormente fueron arrendados a prestigiosos restaurantes no tienen quien se preocupe por ellos. El Ayuntamiento de Madrid parece haberse olvidado de que son suyos y hoy están literalmente tomados por okupas, indigentes y ladrones. Sin embargo, la sociedad municipal encargada de gestionar los inmuebles –Madrid Destino– no da respuesta. Tan sólo en una ocasión, en junio de 2014, denunció un atraco puntual tras recibir comunicación de la empresa de seguridad. Desde la llegada al cargo del actual director de seguridad, Mauricio López, sin embargo, no ha habido ninguna comunicación a la Policía.
La Policía, por lo tanto, acude a las llamadas de los agentes de seguridad cuando estos alertan de algún robo o entrada ilegal en las instalaciones. Sin embargo, poco pueden hacer los funcionarios, que siempre tienen que volver sobre sus pasos, ya que es necesario que la empresa propietaria de los edificios –Madrid Destino– denuncie ante la Policía para que ésta actúe. La sociedad municipalprefiere hacer la vista gorda, lo que en la práctica significa permitir que los ladrones entren a robar todo lo que pillen y los indigentes vivan en las instalaciones con total impunidad.
Los vigilantes han denunciado que en el antiguo pabellón Valencia ha habido numerosos destrozos en los últimos meses. En concreto, desde que hace un año se marchó su último inquilino, el restaurante Colonial de Mónico. Están las puertas forzadas y los asaltantes han destrozado las instalaciones de agua y electricidad, aseguran los agentes privados en sus informes. También explican que aquellos han robado gran cantidad de cable y que hay gente pernoctando en el inmueble que no tiene que ser necesariamente la misma que sustrae el mobiliario. En el pabellón Vizcaya –alquilado hasta hace cinco meses al restaurante Currito–, los ladrones han reventado las puertas y hay okupas residiendo con toda impunidad en varias habitaciones. Además, según describen los vigilantes, las ventanas –que están prácticamente a ras de suelo– se abren con mucha facilidad, lo que facilita enormemente el acceso a cualquier ciudadano que pase por al lado, extremo que muestra el poco interés que existe por parte de Madrid Destino en evitar los robos.
Los vigilantes denuncian asimismo que una veintena de personas vive habitualmente en la antigua Casa Vasca, alquilada hasta hace poco menos de un año al restaurante Guipúzcoa, que también abandonó el inmueble porque el negocio no era fructífero. Algunos incluso duermen dentro de una cámara frigorífica que aún se mantiene dentro de la instalación. La basura generada por los ocupantes ilegales y el olor que ésta produce es inaguantable y se percibe sólo con acercarse al local, donde también se han producido numerosos destrozos del mobiliario. El viejo pabellón Asturias –que hasta hace nueve meses albergaba al restaurante Bosque Sagrado– también tiene las cerraduras reventadas y ofrece signos claros de estar sirviendo de improvisado albergue a varios okupas.
Dos de estos edificios en situación de abandono –el pabellón Valencia y el edificio de Icona (este último alquilado por última vez a la hermandad del Rocío hasta hace algo más de dos años)– formarán parte previsiblemente de la Ciudad de la Seguridad, según anunció la alcaldesa en funciones Ana Botella, aunque eso será algo que tenga que confirmar el próximo Gobierno municipal, que saldrá del nuevo dibujo político obtenido tras el 24-M.
Hasta hace algo más de un año, el denominado Paseo de la Restauraciónagrupaba una decena de famosos restaurantes que operaban en los mencionados edificios y en otros también de propiedad municipal. Durante los últimos meses, sin embargo, gran parte de estos negocios ha tenido que abandonar el inmueble en el que operaba por falta de rentabilidad. Madrid Destino –que, además de estos pabellones, gestiona otras instalaciones como el Madrid Arena, la Caja Mágica o el Palacio Municipal de Congresos– parece haber abandonado a su suerte estos edificios, extremo que ya venían denunciando los propios inquilinos desde 2013, cuando se quejaban de que no llegaban las ayudas prometidas y de que el consistorio había dificultado los accesos a la zona, protestas que se unían a la ya de por sí dura crisis que vivía y aún sufre el sector.
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