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5 de mayo de 2015

David Alvarez: “Las empresas que llevan a cabo prácticas fuera de la ley caen con el tiempo, es cuestión de paciencia”

Entrevista a David Álvarez, presidente del Grupo Eulen

A sus 87 años, David Álvarez puede presumir de haber sido (aún lo es pese a su edad) uno de los empresarios más activos de nuestro país. Fue de los primeros en darse cuenta de que la seguridad privada era un negocio con futuro, de ahí que hace 40 años pusiera en marcha Eulen Seguridad cuando el sector todavía no había nacido. Lo recuerda con orgullo durante esta entrevista a Seguritecnia, que atendió de manera entrañable en la sede principal de la compañía.

- Hace 40 años, el sector de la seguridad privada prácticamente no había nacido y Eulen era por entonces una empresa de limpieza. ¿Por qué decidió sacar adelante una compañía de seguridad en ese contexto?

Ser una empresa de seguridad encierra siempre cierta inseguridad. Por ejemplo, si se remonta al 23-F, se dará cuenta de que aquel golpe de Estado podría haber terminado con todas las empresas de seguridad no ya en una semana, en sólo 48 horas. Actualmente, la seguridad cumple una necesidad pública sustitutiva del Estado. Es éste el que se ve obligado a proporcionar protección a los ciudadanos, por eso la seguridad encierra en sí misma cierta inseguridad, por encima de otras actividades.

Hace cuatro décadas, yo tenía un amigo en el Ministerio del Interior que puso en mi conocimiento el decreto que iba a salir sobre empresas de seguridad privada. Yo soy un empresario y, como tal, siempre he estado vivo, despierto. Al llegarme aquella información, entendí la necesidad urgente de comenzar a redactar los estatutos de la compañía para enviarlos a la Administración con el objetivo de que los aprobara. La razón de fundar Eulen Seguridad no es otra que esa. Desde el primer momento, intuí la importancia de la seguridad. Por aquel entonces, sólo operábamos en Bilbao, donde los escoltas y la seguridad privada eran absolutamente necesarios.

- Después de todos estos años desde su fundación, ¿qué posición ocupa Eulen Seguridad en el negocio del grupo?

De las cerca de 30 actividades que realiza el Grupo Eulen, la seguridad está situada en segundo lugar. El primero lo sigue ocupando la limpieza, que es el sector en el que empezó la compañía.

- ¿Qué objetivos le quedan pendientes a Eulen Seguridad?

Desde mi punto de vista, está por venir una época en la que la seguridad va a orientarse mucho más hacia la tecnología que a las personas. Pero la tecnología tiene un límite: llega un momento en el que la persona es esencial para defender la seguridad de la propiedad privada. ¿Por qué? Porque la tecnología de seguridad será contrarrestada por la de los delincuentes; está pasando constantemente, pero a ese periodo aún no hemos llegado.

- Usted ha vivido todas las etapas del sector de la seguridad privada, lo ha visto nacer. ¿Cree que la crisis económica está siendo su peor momento o hubo tiempos peores?

Este sector se encarga de proteger la propiedad privada, es decir, la riqueza; por lo tanto, cuando la riqueza tiene menos valor, disminuye también la seguridad de lo asegurado.Pongamos por caso a las personas. En el norte de España era necesario proteger a muchos ciudadanos y ponerles los escoltas que necesitaban. Sin embargo, desde un punto de vista racional, cuando han desaparecido los asesinatos de ETA, la defensa de esas personas no tiene motivo de ser, puesto que no están amenazados. En casos como éste, la seguridad prácticamente desaparece y a las empresas nos afecta mucho. Entre el año pasado y el anterior, en Eulen hemos perdido 700 escoltas.

Por otro lado, cuando una empresa tiene dinero, se asegura más. No le cuesta mucho gastar dinero en seguridad. Pero cuando la escasez de dinero es importante, como ha sucedido en esta época de vacas flacas, la gente prescinde de la seguridad que antes creía inevitable. Por lo tanto, creo que peor que en este tipo de épocas no se puede pasar.

- ¿Cómo se han vivido estos años complicados dentro de Grupo Eulen?

Estamos muy diversificados y tenemos una corriente de intereses, lo que permite que cuando unos fallan otros los sustituyen. En ese sentido, como grupo no nos ha afectado la situación. Sin embargo, si nos referimos a Eulen Seguridad, en concreto, la coyuntura sí que nos ha perjudicado hasta el punto de que hemos tenido pérdidas. En relación con el problema del terrorismo en el País Vasco, prescindir de 700 escoltas, como he comentado anteriormente, supone pagar mucho dinero de los despidos. Pero, afortunadamente, en estos momentos no tenemos pérdidas en Eulen Seguridad.

- Ahora que el Gobierno está haciendo una lectura positiva de la marcha de la economía española, ¿cree que la situación de las empresas de seguridad privada irá a mejor?

Creo que el Gobierno tiene razón. Los empresarios empezamos a tener una cierta confianza en el éxito de sus medidas. Para reflejar lo que yo entiendo, le diré que las actuaciones del Ejecutivo han hecho que todos los españoles seamos más pobres, pero eso era algo absolutamente necesario. Porque no éramos lo ricos que pensábamos. Entre nosotros, ahora no hay más ricos ni más pobres, simplemente hay una correlación: yo tendré más dinero que el otro y ése más que yo. Seguiremos con esas diferencias, pero todos más pobres.

Esto hace que entremos en una economía real, no de crédito. En eso confiamos los empresarios, porque nos interesa la competitividad, que es el terreno en el que luchamos. Hemos pasado por el purgatorio, pero la situación irá a mejor; eso sí, lentamente.

- ¿Qué planes de expansión internacional o de consolidación en algún mercado extranjero tiene Eulen Seguridad?

Para nosotros, América es ahora un segundo mercado que dentro de cinco años tienen que ser el primero. Hoy, el producto que más factura allí es la seguridad y nos proporciona unos ingresos que pueden compensar cualquier circunstancia que suceda en España.

- Usted ha asegurado en alguna ocasión que uno de sus mayores logros empresariales ha sido la promoción de la formación. ¿Por qué ha sido una premisa a lo largo de todo este tiempo?

La formación de las personas es esencial para el ejercicio de la profesión. Lo primero que tiene que saber una persona para buscar trabajo es decir qué sabe hacer. En su día, la escuela que puse en marcha en Bilbao, probablemente la primera de España, se dedicaba exclusivamente a enseñar a limpiar. Estaba al frente Arlette Picout, que fue una persona titulada en la universidad de París y allí enseñaba a barrer o a limpiar muebles.

Hoy puede que seamos la empresa que forma a más gente en España y, probablemente, en Europa. Y en América también llevamos a cabo esta labor. En Chile y Perú, por ejemplo, a muchos empleados se les está enseñando a leer y escribir. La alfabetización es vital para que puedan vivir en la sociedad.

- El sector está intranquilo por las políticas de contratación de servicios de seguridad que se llevan a cabo, en las que existen luchas encarnizadas por el precio, algo que provoca que algunos servicios de vigilancia apenas tengan valor. ¿Qué cree usted que hace falta para romper esa dinámica?

En esos casos es cuestión de paciencia. Me explico: si una empresa establece unos precios que no son competitivos y no paga impuestos, al final no saldrá adelante. ¿Cuánto tiempo pueden estar esas empresas sin pagar impuestos? Aunque no lo hagan en un determinado momento, no pueden estar siempre sin pagarlos. Ya los tendrán que pagar y cerrar. El empresario que no paga Seguridad Social o impuestos, al final va a la calle.

Ha habido un aluvión de personas que han puesto en marcha empresas de seguridad sin pagar impuestos. Llevan a cabo prácticas que están fuera de la ley, pero con el tiempo caen. Eso ha sucedido siempre. La competencia desleal ha existido en épocas de vacas flacas. Yo no estoy preocupado. No tenemos otra defensa que la paciencia. No podemos competir con eso, pero tenemos el coeficiente de aguante que se requiere para resistir.

- ¿Ve acertada la política del Gobierno plasmada en la nueva Ley de Seguridad Privada de ampliar servicios y ámbitos al sector?

Eso siempre es bueno y además era necesario. Como he dicho al principio, entiendo que la seguridad no es algo que se le pueda pedir al individuo como tal. La seguridad es un deber del Estado y son sus instituciones las que han de proporcionarla. Pero, cuando por las razones que sea el Estado no puede ofrecer seguridad, se sustituye por la seguridad privada.

- Haga un ejercicio de predicción, ¿cómo ve a Eulen Seguridad dentro de otros 40 años?

Bueno, desde ese tobogán no me tiro. Es una pregunta temeraria y la respuesta lo sería más todavía.

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