El sector de la seguridad privada es un muerto viviente: precariedad, abandono, empresas que no pagan a sus trabajadores, inseguridad, falta de reconocimiento social, 50 % del personal habilitado sin trabajo, conflicto de las horas extras, bajos salarios... y por si esto fuera poco, las empresas que hasta ahora cumplían con sus trabajadores empiezan a aplicar drásticos recortes laborales y a cerrar el grifo de las horas extras. Se está imponiendo la moda de promocionar a gerentes dispuestos a chuparle hasta la última gota de sangre a sus vigilantes. Y lo peor está por llegar, la patronal ya está quejándose que no sabe como va a aplicar la subida que corresponde para el año 2012. Nos tememos lo peor. Llega Halloween a la seguridad privada para enterrar un convenio que hace tiempo que huele a muerto.
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