Mayores competencias, más desprotección jurídica, salarios miserables y siempre en el punto de mira de todos
El Vigilante, tratado en esta historia como si no existiera, es uno de los principales afectados con la nueva LSP, toda la polémica surgida se ha dirigido principalmente hacia su figura, cuando por el contrario no son los responsables principales del funcionamiento de la Seguridad Privada.
El proyecto de Seguridad Privada denota una mayor desprotección jurídica y laboral para el vigilante de seguridad, al que se le quiere incrementar sus funciones, sin la correspondiente protección jurídica, garantías de formación previas a las nuevas competencias, y desde luego sin las condiciones laborales acordes a las nuevas competencias en vías de asignación, que si las unimos a las restricciones actuales en los ámbitos legales y laborales, dejan al vigilante de seguridad más desprotegido de lo que ya lo estaba:
- Se equipara su condición a la de agente de la autoridad perono se les dota de una protección jurídica adecuada que impida su desprotección legal.
- Se asignan nuevas funciones en el área de la vigilancia en espacios o vías públicas, sin que previamente se intensifique suformación en una actividad que puede chocar con libertades o derechos fundamentales.
- Y lo que tampoco nadie toca, es que el incremento de tales competencias no se corresponde con la situación laboral del sector, cuyos sueldos y derechos se encuentran bastantes mermados tras fuertes restricciones económicas provenientes de convenios atascados y que a todas luces están en clara inferioridad respecto a las nuevas exigencias, y a enorme distancia de los percibidos por las Fuerzas y Cuerpos de seguridad Estado.
- Otro elemento añadido en perjuicio del propio Vigilante es la inclusión de un régimen sancionador desproporcionado.
Este proyecto de LSP, como el sentir de la calle refleja, deja a la luz un desconocimiento muy grave de la sociedad, empezando por los organismos públicos y siguiendo con la ciudadanía, del funcionamiento de la Seguridad Privada y concretamente del vigilante de seguridad, y su falta de interés por conocerla, utilizando su figura para el chiste fácil y el desvío de atención sobre los puntos verdaderamente importantes.
Se apruebe lo que se apruebe, el vigilante de seguridad es utilizado por unos y otros, como recurso para despistar y no dejar ver las carencias o intenciones de la Seguridad Privada, siendo la ultima figura del escalafón, y el que menor poder de decisión tiene siendo un trabajador de las empresas de seguridad privada. Quizás sean la cortina de humo para camuflar la urgencia por ampliar el negocio de las empresas se seguridad, o un excesivo afán privatizador.
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