La moda comenzó en Barcelona, pero poco a poco se va extendiendo por el territorio español. El "cueling" consiste en saltarse los controles de entrada para viajar por la cara. Y no crean que sus adeptos son una parte residual y al margen de la sociedad, el perfil es de una persona más normal y corriente de lo que podamos pensar. Unos lo hacen saltando la barrera directamente, otros piden permiso a los que salen para colarse por la salida, aunque el método estrella es el 2X1, uno paga y pasan dos.
Estaciones de Metro y de Renfe son los escenarios más propicios para este fenómeno. Ni las cámaras de seguridad puestas "a la vista" intimidan a los que se cuelan. Los vigilantes de seguridad que trabajan en estos servicios manifiestan estar desbordados, sobre todo porque tienen que atajar estas irregularidades con un equipo de profesionales mínimo. La realidad es que solo consiguen pillar al 1 % del total de los pasajeros que no pagan. Lo ideal es que en cada acceso de entrada hubiese un vigilante pendiente de que nadie se colase, pero la mayoría de las barreras para entrar al transporte no tienen vigilancia.
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