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2 de septiembre de 2023

CEUTA: La incertidumbre sobre qué pasará con la seguridad privada en la frontera tiene en vilo a los trabajadores

Tras dos licitaciones sin buen resultado, la Ciudad sigue buscando alguna empresa interesada, aunque un contrato ‘poco atractivo’ lo lleva impidiendo meses. La carencia de empleados para momentos puntuales de afluencia es solo una de las muchas quejas.

Nada más llegar a la frontera del Tarajal el problema se evidencia. Decenas de coches parados, registros hasta en la propia carretera y requisamientos, sobre todo de comidas, de los viajeros que llegan de Marruecos. “Este ha sido el peor año de la OPE para nosotros con diferencia. Sobre todo por falta de personal”, le comenta un Guardia Civil a su compañero. En medio de todo esto, el conflicto con la seguridad privada en la zona preocupa a los actuales trabajadores de Eulen, empresa encargada de dicha acción. Tras dos licitaciones propuestas a concurso por Ceuta, nadie ha querido hacerse cargo de tal responsabilidad en una frontera importante y de continuo movimiento. El problema continúa presionando a la actual administración debido a las numerosas quejas por falta de personal, presupuestos e inestabilidad de muchos de los trabajadores.

Ya la semana pasada la situación fue insostenible, según cuentan tanto trabajadores de Eulen como los miembros del sindicato de la empresa. Marruecos dejó pasar a todos los vehículos de golpe hacia la frontera del Tarajal y la clara falta de personal se vió reflejada en todo momento. “Tuvo que ponerse a abrir maletas hasta el coronel”, recalca sobre el terreno Javier Ríos, presidente del comité de la empresa. El día que este medio estuvo presente en el lugar, la situación volvió a colapsar. El problema continúa y la solución la tienen desde la Ciudad. Las circunstancias en Ceuta cambiaron con la aparición de la pandemia en 2019 y el cierre total de la frontera con Marruecos. En su momento había un presupuesto destinado a que la seguridad privada llevara a cabo una serie de trabajos en las naves del Tarajal, hoy desiertas, y la Guardia Civil se encargaba del paso fronterizo.

Tras un acuerdo entre la Ciudad y el Gobierno de la nación, que es realmente el que tiene las competencias en la frontera, se estableció que serían tanto las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado como la empresa Eulen los encargados de velar por el buen funcionamiento de una zona de gran afluencia de personas. El problema surgió con las últimas licitaciones presentadas a concurso. Dichos contratos no tenían en cuenta una serie de factores imprescindibles, por lo que nadie se ha querido postular para tener la responsabilidad en dicho proyecto. A la primera licitación ofrecida por la Ciudad sí que se presentó la empresa Eulen. Hubo dos problemas. Por un lado no les fue adjudicada porque en mayo sancionaron a la compañía por diferentes aspectos a nivel nacional. En ese momento Eulen se presentó debido a que daban por hecho que no les iban a afectar los recientes cambios que entraron en vigor este viernes uno de septiembre sobre las bonificaciones a la seguridad social, que perjudican a muchas empresas.

El Gobierno de España se comprometió a parar tal medida, pero no lo cumplió. Este fue el factor que propició que en la segunda licitación ofrecida por Ceuta, a la que Eulen ya podía optar debido a que habían presentado una cautelar sobre la sanción, la empresa no quisiera optar. Ni dicha compañía ni ninguna otra, ya que en el contrato, que propone un presupuesto de 951.000 euros, como cada año, no se tienen en cuenta nuevos factores que hacen que sea inviable para cualquier entidad.

“Ninguna empresa se va a presentar a nada si no va a tener beneficios”, aclara Ríos. Además de no tener en cuenta el gasto que recae sobre los nuevos trabajadores y por las bonificaciones de la seguridad social, tampoco han pensado en las subidas salariales, firmadas por convenio hasta 2026, según cuentan los empleados. Actualmente en la frontera del Tarajal Eulen tiene 50 trabajadores, de los que solo 13 son fijos y 37 son fijos-discontinuos, por lo que deben estar sin trabajar, al menos, tres meses. En caso de que pierdan sus puestos son medio centenar de familias las que sufrirán las consecuencias, recalcan los enlaces sindicales.

Otra de las cosas que exigen los trabajadores es que se cuente con una bolsa de empleados, sobre todo para momentos puntuales en los que el flujo de trabajo es mucho mayor. “La OPE o determinadas fechas señaladas y puentes. No puede ser que se esté pidiendo personal porque la situación es insostenible y aquí no puedan mandar a nadie”, lamenta Ríos. Miguel Ángel Sánchez, enlace sindical de Comisiones Obreras (CCOO) en Eulen también recalca que otra de las reclamaciones es que se estabilice a los trabajadores. “Debería hacerlos fijos. Ahora mismo muchos están asustados porque pueden perder su empleo”.

Incertidumbre Los trabajadores de la empresa transmiten a diario su incertidumbre sobre la situación actual. “Estamos asistiendo desde el cierre de la frontera a una situación calamitosa en Ceuta y esto no es cualquier cosa, es una frontera”, destaca Ángel Lara, secretario de CCOO. Tanto trabajadores como sindicatos cuentan que la situación es complicada. “Los chavales nos llaman preocupadisimos porque se ven en la calle”, afirma Ríos.

Por su parte, otro miembro del comité de empresa de Eulen, Manuel Mora, recuerda otro punto a tener en cuenta. Los empleados de dicha entidad se manifestaron el pasado mes de diciembre en Ceuta para que se mejoraran las condiciones. Ríos se reunió con la delegación del Gobierno y confirma que le prometieron aumentar el presupuesto para el próximo concurso. No lo hicieron, según cuentan. “Pero era un contexto previo a las elecciones. Ahora lo entendemos todo”, afirman.

Por el momento la situación sigue igual. Alejandro Ramírez, portavoz del Gobierno en Ceuta, afirmó a este periódico que están trabajando en la siguiente licitación para ofertar un contrato “más atractivo” para atraer a empresas que pujen por gestionar la seguridad en la frontera. “Que la gestionen las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado o la privada, nos da igual, pero que lo hagan bien”, expone Lara. Una de las fronteras que tiene España con África sigue sin tener adjudicada la seguridad diaria. Sus empleados, sometidos ahora a una gran carga de trabajo, siguen expectantes y con la posibilidad en mente de perder sus empleos.

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