Prosegur, la mayor empresa de seguridad privada en América Latina y la tercera más importante del mundo, emplea a más de 200.000 trabajadores en 17 países. Es miembro del Pacto Mundial de las Naciones Unidas, un grupo de empresas que dice estar comprometido con los derechos humanos y sindicales y la lucha contra la corrupción. A pesar de ello, UNI Global Union ha tenido que presentar quejas por la conducta de Prosegur ante el Alto Comisionado de Derechos Humanos de las Naciones Unidas y la OCDE tras intentar, sin éxito, resolver los problemas durante los últimos años.
La situación en América Latina ha empeorado recientemente tras actos de acoso e intimidación dirigidos contra dirigentes y activistas sindicales específicos. UNI dice que la empresa ha tolerado un entorno de trabajo que promueve el miedo, lo que potencialmente ha fomentado la violencia. Esto puede haber contribuido a un ataque violento no provocado a un dirigente sindical en Perú en agosto, lo que llevó a que el trabajador fuera hospitalizado y recibiera puntos en la cabeza.
Panfletos que acusan falsamente de corrupción a dirigentes sindicales han sido distribuidos por individuos anónimos en instalaciones seguras de Prosegur en Colombia y Perú. UNI teme que ciertos dirigentes sindicales estén expuestos a daños inminentes y ha escrito al Consejero Delegado y al Presidente de Prosegur en Madrid cinco veces desde abril de 2014 para expresar su preocupación ante el aumento de ataques a dirigentes sindicales. UNI quiere que Prosegur respete los derechos humanos, las leyes laborales nacionales y las normas laborales mundiales y que deje claro que no tolera la violencia. Los trabajadores tienen derecho a un lugar de trabajo seguro en todas partes.
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