El método es habitual en Cercanías, pero implica que los infractores deben empujar al usario que sí tiene billete para poder superar las barreras de acceso. Los interventores -acompañados los correspondientes vigilantes- pudieron localizar entonces a las cuatro personas que se habían colado y les reprocharon su actitutd.
La intención era echarlos de la zona de espera para que no pudieran finalmente tomar el tren como se suele hacer en estos casos. Pero, para su sorpresa, comenzaron a ser increpados por otros usuarios de Cercanías. La escena degeneró también, además de insultos, en golpes y agresiones. "Se creó una buena tangana", ha explicado a e-notícies una fuente que estaba presente. Los cuatro infractores salieron finalmente indemnes.
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