Pero, ¿cuáles son las razones que explican la connivencia de estos sindicatos con el recorte dederechos de los trabajadores? ¿Pueden explicarse sus concesiones por la situación de debilidad en la que se encuentran? ¿Responden realmente CC.OO. y UGT a su definición como "sindicatos de clase"? ¿Es posible transformarlos en organizaciones más combativas? Para facilitar a nuestros lectores elementos con los que dar respuesta a estas preguntas les ofreceremos una serie de artículos con significativos datos que permitirán resolver, a su vez, otros interrogantes relacionados: ¿A quiénes representan realmente estos sindicatos ¿Cuál es la actividad que realizan estas organizaciones? ¿Cómo se sostienen económicamente? ¿Qué influencia tiene la financiación que reciben del Estado en la actual estructura y actuación de los sindicatos?
Casi tantos obreros como directores de empresas Otro dato especialmente significativo sobre la "representatividad" de los sindicatos es el que tiene que ver con el porcentaje de afiliación en relación al nivel de estudios y el tipo de ocupación. Tradicionalmente los sindicatos han estado integrados de forma mayoritaria por los trabajadores con menor capacidad individual de presión frente a los empresarios. Esta necesidad de unión de quienes son más débiles por separado fue la razón básica de la aparición de las organizaciones sindicales y la que aún hoy hace necesaria su existencia. Sin embargo, tanto en CC.OO. como en UGT el porcentaje de afiliación crece en relación directa al nivel de formación y es extremadamente bajo entre los sectores más populares. Las profesiones con más afiliados son las catalogadas como “operadores de instalaciones y maquinaria y montadores” y las de “técnicos y profesionales científicos e intelectuales”, seguidas de los “empleados de tipo administrativo”. Los "trabajadores no cualificados” representan, por el contrario, el menor índice de afiliación, por encima tan sólo de los “directores de empresas y de la Administración pública”. En sectores económicos como la Construcción, la Hostelería y el Comercio, que agrupan al grueso de la población activa, menos del 10% de los trabajadores está afiliado a algún sindicato.
¿Porqué no se afilian más los trabajadores? De sindicatos de lucha a empresas de prestación de servicios Un epígrafe de la citada encuesta elaborada en 2009 contribuye a arrojar más luz sobre la realidad de estos sindicatos. A la pregunta relativa al "conocimiento sobre la actividad sindical”, un 44,5% de las personas que dijeron estar afiliadas a alguno confesó tener un conocimiento “nulo o casi nulo” de la actividad que éste realizaba. Sólo un 4,4% declaró conocerla “mucho”. Además, ese desconocimiento de la actividad sindical es mayor cuanto más jóvenes son los afiliados y cuanto más bajo es su nivel de estudios.
Estos datos, sumados a otros que aportaremos en sucesivos artículos, se corresponden a la realidad de unos sindicatos a los que los trabajadores ya no se afilian mayoritariamente para actuar, de forma colectiva, en defensa de los derechos laborales o sociales. Desde finales de los 70 principios de los 80, hasta la actualidad, y coincidiendo no casualmente con la conversión de la mayoría de los sindicatos en organizaciones financiadas por el Estado, ha disminuido hasta casi desaparecer el número de trabajadores que se afilian con la intención de realizar reivindicaciones o llevar a cabo luchas sociales. Progresivamente, el perfil tradicional del sindicalista, enfrentado al poder económico y gubernamental, fue sustituido por el del sindicalista "gestor", especializado en negociar y ofrecer servicios.
Así, una vez abandonada incluso la pretensión de ser organizaciones destinadas a defender intereses colectivos de clase, la evolución“natural” ha llevado a estos sindicatos a constituirse como una suerte de empresas prestadoras de servicios. Y su principal objetivo es que éstos puedan parecer útiles y atractivos a los “individuos” trabajadores, para convertirlos en nuevos afiliados. Algo que se reconoce en el citado informe al explicitar que “se requiere a los sindicatos que ofrezcan, a los “potenciales miembros individualistas”, paquetes de “servicios adaptados a sus necesidades específicas”. De esta forma, organizaciones sindicales como CC.OO. yUGT han llegado a crear una red de empresas que ofertan “productos” a sus afiliados. Desde los seguros a los planes de pensiones o el ocio. Además de ser, obviamente, los gestores de multitud de servicios públicos que corresponden a la Administración, como los de búsqueda de empleo y sobre todo, del lucrativo negocio de los cursos de formación.
En la próxima entrega de este informe trataremos de esclarecer la relación existente entre esta transformación de los sindicatos en meras empresas prestadoras de servicios, su subordinación a los intereses empresariales y las fuentes de financiación que los atan, de forma indefectible, a los mismos poderes que obligan a los trabajadores a no renunciar a la organización sindical.
FUENTE: canarias-semanal.org AQUÍ
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