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Muy lejos, por ejemplo, de los 19 aparatos instalados en Francia para la misma población, puntualiza Nuño Azcona, director general de B+SAFE, filial española del grupo Almas Industries, multinacional especializada en tecnología de la salud y seguridad para empresas. “Aunque en los últimos tres años, se ha avanzado mucho, pasando de 2 desfibriladores por cada 10.000 habitantes a los 5 actuales, estamos aún muy alejados de otros países europeos”, añade Azcona. Otro dato: en España, tras una parada cardíaca, el índice de salvación se sitúa en un 4% mientras en EEUU, se sitúa ya en un 50%, por la implantación masiva de este tipo de dispositivos.
B+SAFE factura cerca de seis millones de euros y, entre sus partners, están Sagem, Philips o Hitachi. Según explica Azcona, los desfibriladores de la compañía se instalan en centros médicos, pero también en superficies comerciales, estaciones de tren o metro o monumentos. Un ejemplo, resalta, la Sagrada Familia (Barcelona). En la actualidad cuenta con aproximadamente 3.000 equipos instalados en España y el 70% de sus ventas proceden del segmento de healthcare.
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