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12 de agosto de 2017

Historial desconocido del cerebro de las huelgas en El Prat


El asesor de los guardas de Eulen en El Prat, Juan Carlos Giménez, saltó de sindicato en sindicato. Sus antiguos compañeros le acusan de ser intransigente


“Todo el montaje corresponde a él”. Un dirigente de una de las centrales sindicales de seguridad privada más importantes del país señala a Juan Carlos Giménez como el cerebro de las estrategias de los huelguistas frente a Eulen y Aena. Giménez es el secretario general de PROU (Plataforma de Representació Obrera Unitària), un pequeño sindicato dedicado casi exclusivamente al sector de la seguridad privada.

Giménez remarca que su presencia como asesor del comité de huelga es personal y sin relación con su cargo gremial, pero lo cierto es que Prou, con una pequeña representación en el comité de empresa de Eulen pero con mucha fuerza en el aeropuerto de El Prat, copó la asamblea que decidió crear el comité de huelga, y logró la mayoría de las vocalías, aprovechando los desacuerdos entre las centrales ADN Sindical y el Sindicato Profesional Seguridad Privada (SPS).

“Este es el primer caso gordo que enfrenta la plataforma Prou”, precisó otro dirigente sindical a Economía Digital. Miembros del comité de huelga afirman que convocaron a Giménez por su experiencia como negociador en temas laborales. Este sindicalista evita mencionar sus antecedentes al frente de Prou, aunque revela que en paralelo a las gestiones en el aeropuerto de Barcelona ha sido mediador en el conflicto que un sindicato de recolectores de residuos mantiene en Palau-solità i Plegamans, que tienen programado un paro de actividades para el 17 de agosto.

En el último mes, Giménez asegura que ha mediado en diferentes conflictos con empresas de camiones, radicadas en Valencia, Tarragona y Barcelona. “En las tres conseguimos lo que pedimos, lo ganamos todo y se evitaron las huelgas”, dice a este portal. Y también menciona, cuando no se había creado su plataforma, la negociación que hizo ante un ERE de Loomis. “El comité no hizo nada y yo solo logré la readmisión de 15 trabajadores, y el resto consiguió 45 días por año trabajado”, puntualiza.

Actividades paralelas Casi toda su vida laboral Giménez la ha compatibilizado con la actividad sindical. A mediados de los 90 era vigilante de seguridad en el servicio de Cercanías de Renfe. En el 2000, cuando Ausysegur –que tenía la subcontratación del servicio- fue comprada por Securitas, Giménez pasó a la sección de vigilancia de transportes blindados, que en el 2006 cambió su denominación a Loomis. Actualmente sigue trabajando como vigilante de blindados, y si bien no es liberado sindical, recurre a la “hucha de horas” que le otorgan en la plataforma Prou para poder realizar su representación.

Carrousel de sindicatos “Giménez pasó por diversos sindicatos, y como se le acabaron, formó el Prou”, dice un representante de uno de estos sindicatos. Mientras trabajaba en Renfe era afiliado a Comisiones Obreras (CCOO). Ya en Loomis, en 2009, era secretario del comité de empresa en representación del SIPVS-C (Sindicato Independiente Profesional de Vigilancia y Servicios de Cataluña), pero este cuerpo le pidió que deje el cargo por “las continuas peleas entre STS-C, CCOO y SIPVS-C”.

Manuel Jover, secretario general de esta central sindical, negó que Giménez fuera expulsado, pero al año se había ido y tras pasar por el USOC (Unión Sindical Obrera de Cataluña), finalmente recaló en elCSI-F (Central Sindical Independiente y de Funcionarios), la central con más representación en la administraciones públicas y cuerpos de seguridad. En noviembre de 2010 volvió al comité de empresa de Loomis pero como presidente, cuerpo en el que sigue manteniendo representación. Un mes antes, anunciaba el lanzamiento la sección sindical autonómica de seguridad privada en el CSI-F, pero la iniciativa fracasó.

¿Persona intransigente? “Su forma de ser y actuar no llegó a encuadrar con el proyecto que teníamos intención de crear”, dice un dirigente de este sindicato que conoce a Giménez desde hace 20 años. “No hablamos de que no esté dispuesto a dialogar, pero era una persona muy intransigente”, agrega.  “Ser una persona tan estricta, para un proyecto que recién se iniciaba, no lo veíamos como positivo porque no podíamos tener enfrentamientos con las empresas ni darles falsas expectativas a los trabajadores”, precisa. “Teníamos un futuro para la seguridad privada, pero discrepábamos en las formas”, dice.

Sindicatos como empresas Giménez no oculta su paso de carrusel por tantas centrales. “Al final lo sindicatos funcionan como empresas, y se dedican más a defender sus intereses que a los trabajadores. Yo estoy harto y por eso dije ‘prou’”, explica con el juego de palabras de su plataforma, que significa ‘basta’ en catalán. Esta pequeña central se fundó en noviembre de 2012, y actualmente “no llega ni al 1% de representación en los comités del sector”, dice Jover. Pero la habilidad de Prou para formar el comité de huelga entre los trabajadores de Eulen, y su rol como asesor, han centrado los focos en Giménez. Estos días se revelará si la estrategia de intransigencia en las negociaciones tiene éxito o está condenada al fracaso.

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